Cuenta la Real Fábrica de Tapices que el hecho de tejer, es decir, transformar las fibras naturales por medio del hilado y posterior trenzado, es una actividad que se remonta a tiempos prehistóricos. Cuenta también que antes de comenzar a tejer un tapiz hay que realizar varias acciones previas: en cuanto al dibujo se refiere, se hace primero un boceto o pequeño modelo que luego se ampliará para conformar lo que se llama el cartón, es decir, el modelo a tamaño real en el que se basará el tejedor para realizar su tapiz. De este cartón se hace un calco para, posteriormente, pasar los contornos del dibujo a los hilos de la urdimbre utilizando la llamada cacha. De este modo el tejedor tiene encajadas en el telar las líneas principales de la composición para que le sirvan de guía en la compleja tarea de interpretar el cartón. En cuanto a las labores propiamente de tejido, la primera operación es el urdido, luego hay que teñir los materiales y, una vez que las madejas se han devanado para pasar los hilos de trama a las canillas, se puede comenzar a tejer. Para conseguir interpretar la pintura en forma de tejido, el tejedor pinta con la canilla —instrumento con el que introduce las tramas entre las urdimbres— y, mediante trapieles consigue o no según la maestría emular los valores pictóricos que parecen inasequibles al arte textil.
En los últimos años de su ya dilatada trayectoria artística la artista Paloma Peláez (Zamora,1958) ha abundado en su obra sobre el uso del ropaje, de los tapices, y elementos textiles que aparecen a lo largo de la historia de la pintura con especial atención al Renacimiento, así como a la célebre tradición oriental del tejido. En sus últimas exposiciones ha estudiado las colecciones de tapices del Palacio Real de Madrid, conservados en el Monasterio del Escorial y en el Palacio de la Granja, incidiendo en la serie de La Guerra de Troya del siglo XV, que se encuentra en la Catedral de Zamora.
Pélaez es una artista que se vale para sus cuadros de las técnicas y materiales tradicionales, desde el respeto y la casi observancia de la labor del artesano. Sus obras, de espíritu abstracto, incorporan motivos pertenecientes a toda esa tradición que estudia, llevándolos al límite de la contemporaneidad. Sus pinturas de gran variedad cromática, cuidan al máximo el lienzo otorgando en la mayoría de los casos el máximo protagonismo a la urdimbre. El contenido y la forma dejan de ser antónimos para fusionarse en el concepto de obra, al igual que la labor del artista y del operario. Formas orgánicas, que luego devienen en geométricas, horizontalidad, verticalidad, trama y urdimbre, tejido por tanto para ser contemplado. La obra de Paloma Peláez estará expuesta en la gaditana galería Milagros Delicado hasta el 5 de abril.
Geometría y ornamento. Paloma Peláez
Galería Milagros Delicado
Galería Milagros Delicado
CádizHasta el 5 de abril
2 comentarios:
bello cuadro.
Saludos desde direccionunica.blogspot.com
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