23.4.07

El instinto congelado

Hierofanía
Antes de empezar me gustaría ahondar en el ya recurrente concepto de hierofanía propuesto por el historiador de las religiones Mircea Eliade. La hierofanía es el acto de manifestación de lo sagrado en la realidad. En sentido lato el mecanismo consiste en que un elemento perteneciente a otro mundo (digamos que, trascendente) que se expresa a través de un soporte material (mundano), adquiere naturaleza sobrenatural sin dejar abandonar su factibilidad. Dicho en palabras del filósofo rumano: “[...] la naturaleza es susceptible de revelarse como sacralidad cósmica".
Las sociedades arcaicas solo atienden a la dimensión de lo sagrado entendiendo esto como lo verdaderamente real, en tanto que todo lo mundano que es mutable y función de lo trascendente. Por contraposición y llevada
la argumentación a la simplificación del extremo, para el hombre moderno, la realidad no posee ningún contenido de sacralidad, ninguna dimensión religiosa en cuanto a su concepción. Aún así ésta dimensión sagrada subyace, manifestándose en el mundo actual en comportamientos entendidos como sociales, tales como la experiencia del tiempo, ritualismos inconscientes, ciclos fisiológicos, alimenticios, sexuales, laborales…
Las concepciones religiosas que no la concepción de la religiosidad, son plurales dependiendo del contexto ya sea éste histórico, cultural, geopolítico, etc. conllevando una diversidad de ritos y costumbres. Sin embargo, Eliade pone de manifiesto aspectos y dispositivos comunes a toda concepción religiosa, incluido la del hombre moderno aunque se difumine la sacralización de lo real
perduran comportamientos provenientes del una concepción religiosa de lo real.

Animismo y tótem

Tras haber analizado el concepto de hierofanía entendido como la manifestación de lo sagrado es conveniente para acercarnos a la obra de Santiago Ydañez, el artista que nos ocupa dos conceptos más relativos a las religiones primitivas como son el de animismo y del de tótem. El animismo es la creencia en que seres personalizados sobrenaturales (o espíritus) habitan objetos animados e inanimados. Si bien dentro de esta concepción caben múltiples variantes del fenómeno. El animismo originalmente implicaría la creencia en seres espirituales, incluidas las almas humanas. En la práctica, la definición se extiende a que seres sobrenaturales personificados (o almas), dotados de razón, inteligencia y voluntad habitan los objetos inanimados y gobiernan su existencia. Por otro lado, un tótem es un objeto, ser o animal sobrenatural, que en las mitologías de algunas culturas se toma como emblema de la tribu o del individuo; el cual puede incluir una diversidad de atributos y significados.

Relaciones

Si dicho esto aún no encuentran sentido a la nueva propuesta del pintor jienense titulada Taxidermia espirituosa que alberga la galería Milagros Delicado transcribo aquí unas líneas de la conversación vía mail
tenida a cuenta de esta exposición con el que suscribe esta reseña: “Aquí utilice animales, la historia religiosa no ha hecho más que utilizarlos simbólica y metafóricamente en todas las épocas, presentados como imágenes religiosas de distinto pelaje o esculturas, en mi caso taxidérmicas. Para mí, un ciervo disecado cayendo del cielo a modo de ángel expulsado de un paraíso es muy parecido a una imagen religiosa esculpida. El acercamiento es similar, los dos quietos, con sus ojos de cristal. Me acerco a ellos con similar espíritu y familiaridad. […] Lo de taxidermia espirituosa hace referencia la lo religioso y a lo profano que suelen ofrecerlos los espirituosos báquicos. Para mi utilizar taxidermia ha sido algo muy natural tanto como una propia escultura religiosa”.
En cuanto a cómo se ha desarrollado su trayectoria dando lugar a esta exposición, comenta Ydañez “Empecé
trabajando con rostros, primero de una manera mas teatral, pasando por estadios de animalidad humana, situaciones de casi locura, risa que deja de ser graciosa para rozar la histeria para ahondar en los últimos rostros en aspectos más místico-románticos. Hace tres años ya hice una exposición sólo de animales en Oporto, en la galería Fernando Santos. era una especie de personificación del asunto en diversos ámbitos el propio animal y el romántico-humano. Ahora retomo el asunto uniéndolo todo, con el recuerdo de la exposición en Oporto donde el eje residía en el barroco como referencia a la ciudad por su historia y por su espíritu decadente”.
Así pues, Ydañez evoluciona en sus anteriores trabajos repletos de caras y retratos pintados a gruesos brochazos en tonalidades grises sobre los más diversos soportes a un estudio de lo animal como temática. Una
parte de la crítica encuadró su obra previa en los presupuestos del expresionismo —bien es cierto que la argumentación opuesta a este encasillamiento también ha sido defendida—. El paso a la taxidermia, a la preservación de la clasificación, es como defiende el propio artista un recurso romántico, aun cuando el estudio de las emociones y su representación a través de la pintura es un postulado expresionista, no tanto por la manera de pintar sino por la intenciones y fundamentos de lo que se quiere pintar o expresar con lo que se pinta.
Por otro lado, la taxidermia es también una preservación al eterno del instante, en este caso ejemplificación a través de la representación de la emoción del instinto inherente a todo animal, ya sea racional o no. La taxidermia convierte a lo animal, a lo animado en objeto corolario y demostración de esa trascendencia anterior a la que constantemente remite. A fin de cuentas, es el mismo mecanismo de la hierofanía, y por ende del animismo y el tótem, es el objeto es que se sacraliza porque participa de esa realidad trascendente.

Taxidermias espirituosas. Santiago Ydañez
Galería Milagros Delicado. Cádiz
Hasta el 30 de abril


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