12.4.09
El pequeño límite
El verdadero oráculo nunca reconocerá que el héroe que se presenta ante él es el Elegido. Negará los designios del hado argumentando que son fabulaciones de los que creen; echará por tierra los signos, dando a entender que son fruto de la superstición de los incautos que le siguen; será corto y racional su discurso para hacer aflorar en él un sentimiento mezcla de desilusión y alivio. Luego, el héroe se levantará, dará media vuelta, abandonará la sala mientras que la desazón se desvanece y mirará a los que esperan fuera, ansiosos, la sagrada confirmación. Justo ahí, en la puerta del templo, bajo un frontispicio donde se lee "Conócete a ti mismo" comprenderá que sólo sus actos harán que sea el Elegido, y que habiendo sido negado el destino que le tenían deparado ha afirmado el propio. El oráculo, ese pequeño límite que separa la hybris del hado, siempre acierta para poder alguna vez equivocarse.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
Cristalino, juan! Bienvenido de nuevo y, como dijo Juan Pablo II: "No tengas miedo!"
Un blog muy interesante.
Que blog mas breve!
nosce te ipsum
Es la clave
otro blog abandonado
Publicar un comentario