La obra de Gillick ha sido vista con asiduidad en los últimos años en nuestro país, cabe resaltar la presencia del artista británico en el 2001 en la galería de Javier López, su aparición en distintas ferias y bienales, así como la exposición de sus obras de gran formato realizada por el Ayuntamiento de Alcobendas dentro del ciclo organizado por el municipio madrileño Arte en la ciudad. Aún así, MacNamara Hotel es la primera exposición que realiza Gillick en un centro de arte de nuestro país. La palabra escrita es el componente principal de esta muestra, en la que las ideas y los conceptos se exponen en vinilo negro sobre pared blanca, utilizando la misma tipografía en todos ellos (helvética negrita). El libro catálogo –en el que se incluye un iluminador texto de Peio Aguirre, al igual que ocurriera con la exposición de la galería de Javier López- es el elemento clave para poder entender y dar sentido a la exposición, ya que éste contiene imágenes que muestran el contexto original de las obras de las que han sido extraídas las frases expuestas. En una pared se muestran los textos en su lengua original y en la de enfrente los mismos textos traducidos al castellano. A través de la combinación de texto, diseño e instalaciones, Gillick se interroga sobre la forma en que la realidad económica y social afecta al hombre, con el fin de explorar sistemas alternativos, así como nuevas preguntas que permitan respuestas nuevas y alejadas de toda ideología, aunque el materialismo dialéctico subyace como punto de partida en la elaboración de sus obras.
“La actividad artística no tiene ninguna esencia inmutable, constituye un juego cuyas formas, modalidades y funciones evolucionan según las épocas y los contextos sociales”. La frase del ensayista Nicolas Bourriaud ya ha sido utilizada antes para definir desde fines de los ochenta la obra de Gillick para la etiqueta de estética relacional. Etiqueta, que no deja de ser un coletazo de los presupuestos barthesianos sobre la muerte del autor, la necesidad de que el arte se convierta en un intersticio social, la elaboración de una crítica paralela que haga ver más allá... Todo un compendio de presupuestos, resumidos en una instalación de carácter minimalista donde la palabra resume y aglutina a un mundo.
McNamara Hotel. Liam Gillick
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