14.2.06

Desmantelando el discurso


Guillermo Paneque presenta del 20 de enero al 19 de marzo un proyecto concebido especialmente para el espacio central del CAC Málaga, articulando el mismo como una sucesión de secuencias temporales, a través de distintas piezas, instalaciones y vídeos, referidas a una serie de cuestiones sobre la forma en que las exposiciones repiten un insólito bucle narrativo. La intención última del proyecto es plantearse una reconstrucción temporal de un evento, en este caso, la propia exposición a través del punto de vista de diferentes subjetividades.

Exposición
Centrándonos en la muestra, ésta fue concebida específicamente para este espacio y para esta exposición en concreto —aunque presenta también otras piezas realizadas anteriormente por el artista. No obstante, llama la atención la variedad de soportes y procesos que se han ido sucediendo en la trayectoria de este creador. Bajo el título de Aproximadamente, una película es mostrada, rebobinada y vuelta a mostrar, Paneque reúne piezas, instalaciones y vídeos, que dispuestos como una sucesión de secuencias temporales, articulan una reflexión sobre la forma en la que las exposiciones suelen repetir un bucle narrativo.
La idea surgió a partir de una serie de entrevistas que hicieron reflexionar al artista sobre el retrato como ejercicio temporal, es decir, el análisis de las experiencias que diferentes personas mostraron ante algunos relatos e imágenes. Sin embargo, durante el curso del proceso se plantean dudas sobre dichas entrevistas. ¿Qué es lo que muestran estas historias? ¿Por qué fueron realizadas las entrevistas en un primer lugar? Una trama imaginada a lo largo de la exposición va apareciendo, basada en una identidad prestada, atrapada en una serie de materiales y relaciones exageradas para que la cuestión inicial desaparezca poco a poco.
El proyecto funciona como un comentario sobre los usos y formas del lenguaje, a la vez que persigue subrayar tanto el acto de percibir, de seleccionar e interpretar, como el lugar del espectador en dicho proceso.

Discurso
Paneque indaga, para acabar por deconstruir, en la justificación última de una exposición: el discurso expositivo. Considerado desde el punto de vista del lenguaje como la priorización en el discurso del trasvase de información sobre un tema con el objetivo de incrementar el conocimiento de los receptores del mensaje, en la exposición predomina la función referencial, es decir, la intencionalidad en la trasmisión de conocimiento. La referencialidad hace que el discurso se caracterice por la utilización de un lenguaje especializado y objetivo, en el uso de la tercera persona como agente informativo último o del registro formal Desde un punto de vista estructural, y aún llevada a su máxima ampliación, la exposición tiene tres fases: introducción, desarrollo y visión final. De todos formas, es necesaria una organización del discurso que suele resolverse desde un criterio cronológico —a fin de cuentas, la referencialidad alude a un espacio o a un tiempo—, causal o descriptivo. El traslado de todos estos conceptos provenientes de la teoría del lenguaje a un análisis de una exposición de obras de arte resulta indudable.
La preeminencia de las teorías estructuralistas durante buena parte del siglo XX influyó no sólo en la concepción del arte como lenguaje sino también en la propia noción de exposición como discurso. Por tanto, en rigor, ya no hay muestras, sino exposiciones, entendidas éstas como representaciones referenciales. Por ello en buena parte de la museografía actual prima no tanto los objetos mostrados sino los objetos expuestos como parte integrante de un discurso, de algo que en última propósito se quiere contar.
La teoría de la deconstrucción con la que se inauguró la posmodernidad desmontó desde un punto de vista teórico la anterior y perdurable tendencia, poniendo en cuestión no sólo la referencialidad del discurso, sino su fin último como transmisión del conocimiento. Nada pareció quedar en pié, nada resultaba coherente, nada trabado... porque las tramas y vínculos anteriormente dados como válidos eran sistémicamente rechazados. Así pues, el discurso quedo fracturado y negado como tal. Buena parte, de las creaciones actuales se fundamentan y abundan en este hecho, y esta exposición no es una excepción.

Semblanza
Guillermo Paneque (Sevilla, 1963) es un destacado representante, junto con Pepe Espaliú, del grupo de artistas sevillanos que en los años ochenta revitalizaron el panorama artístico de esta ciudad andaluza. Inició sus estudios artísticos en la universidad sevillana, fundando y posteriormente dirigiendo en 1983 la revista de arte Figura. Desde 1986 ha expuesto regularmente en galerías y museos, siendo su obra representada en importantes exposiciones internacionales colectivas: Kunstverein Hamburg, Stuttgart y Francfort, Fundación La Caixa, XLII Bienal de Venecia, Centro de Arte Reina Sofía, Musée d’Art Moderne de la Ville de Paris, FRAC Rhône-Alpes, Stäatliche Kunsthalle, Ny Carlsbreg Glyptotek, y Museo Rufino Tamayo, entre otros.
Con la intención de ampliar su práctica escultórica a otros medios en la década de los noventa se trasladó a Nueva York, donde cursó estudios de cine en New York University y Film Video Arts (1995-98), iniciando de este modo una metodología nueva de trabajo que repercutirá decisivamente en su posterior producción. Desde 1997 ha realizado diferentes proyectos audiovisuales en diferentes formatos y contextos: Suave, no tan lento (Bajorrelieve, 1997), Lento gana más (1999, realizado en colaboración con el arquitecto Luis Feduchi), Tanto tiempo (2001) En 2005 creó su propia compañía de producción de formatos audiovisuales y artísticos.
El rechazo de la tradición pictórica andaluza y de las tendencias expresionistas del momento le posicionaron en un ámbito teórico desde el que proponía la descontextualización de elementos de su entorno, siempre con una mirada crítica y un aire irónico y provocador, aspectos bastante frecuentes en el neoconceptualismo de los años ochenta. A pesar de estas connotaciones, sus obras se han mantenido siempre al margen de estilos y han sido desarrolladas a partir de las más diversas técnicas y métodos. El artista sevillano no trabaja exclusivamente en un particular medio artístico, y sus obras parecen carecer de un aparente estilo. Su práctica se apropia tanto de los métodos del antropólogo como de los de un director de cine, recogiendo en el proceso un conjunto de decisiones tomadas y un resultado final donde explora lugares de transición social y psicológica. En sus obras hay siempre un componente inconformista y provocador.El CAC de Málaga ha iniciado así la nueva temporada 2006 con dos sugerentes propuestas: los vídeos de la artista Runa Islam, que convertirán el Espacio 5 del centro malagueño en una habitación de hotel, en la que varias pantallas proyectan sus últimas creaciones; y la exposición reseñada de Guillermo Paneque.
Aproximadamente, una película es mostrada, rebobinada y vuelta a mostrar
CAC Málaga
Hasta el 19 de marzo

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