(No existen)

... las flores árticas
En su poema Iluminaciones, Rimbaud escribe “¡Oh! El pabellón de carne sangrante sobre la seda de los mares y de las flores árticas; (no existen)”. Así pues, y siguiendo el texto del catálogo de la exposición realizado por Oscar Alonso Molina, todas las cosas que no tienen presencia en el mundo real, que no se ofrecen para el observador de forma espontánea y natural por su improbable existencia son flores árticas. En el caso de la obra de Evaristo Bellotti que acoge la galería madrileña son formas de apariencia orgánica y vegetal, exuberantes en su apariencia y complejas en sus dimensiones, pero arquetipos, representaciones plásticas de supuestas especies originales, de esa idea de planta primigenia, de la semilla primitiva desplegada, contenedora no del propio desarrollo de la planta sino todo el reino de lo vegetal.

...las cosas...
Un candelabro, una tetera, un balón... seis objetos, pintados de colores planos y plenos, acrecentados en su tamaño a base de escayola, arrancados de la casa, extraditados al espacio de la galería, extraños al lugar que ahora los contiene. Los objetos así se agigantan, parecen cambiar de aspecto, pues sus contornos se vuelven imprecisos, amorfos... poseedores de una inquietante extrañeza —el Das Unheimliche freudiano—, por dislocados. Lo cotidiano se vuelve inquietante gracias a la menor intervención posible: la reubicación.

Los tipos...
Órganos sin cuerpo, trajes llamativos, personajes pensados para el plano expandidos a las tres dimensiones, monstruosos, deformes, grotescos, falos, acéfalos, inconexos.... tipos, en resumen. Ajenos al arquetipo, incluso a la tipografía, las esculturas nombradas así por Bellotti remiten en lo plástico a ese pedazo de carne, de cuerpo a fin de cuentas, hecha modelo por la figura. Pero en el modelado de la forma que no siempre es la contenedora aflora la sustancia última de lo humano, el cuerpo que parece no poder sostenerse salvo en un verticalidad forzada e inestable.

Los tipos, las cosas, las flores árticas. Evaristo Bellotti
Galería Magda Bellotti. Madrid

Hasta el 4 de marzo