Sin mayúsculas en sus escritos, sin apenas imágenes de sus obras, sin datos biográficos —nacido el 25 de junio de 1935 en Paranimbo, Surinam, residente en Holanda— que, por escasos y no facilitados, difícilmente aparecen en los catálogos de sus exposiciones, Stanley Brouwn es considerado como uno de los artistas más relevantes de las décadas de los sesenta y setenta. Anne Rorimer en su New Art in the 60s and 70s publicado por Thames & Hudson en el 2001 situaba a Brouwn dentro de la etiqueta del arte conceptual, cercano por tanto en sus planteamientos a artistas como Sol Lewitt o Hanne Darboven.
A finales de los sesenta el propio Lewitt intentaba en sus escritos aportar una definición apropiada para su trabajo, y por ende, para el arte conceptual abundando en el concepto de plan. Entendía el artista norteamericano el término plan como una forma preestablecida y unidireccional de evitar la subjetividad. El plan, por tanto, tiene la pretensión de ordenación del todo informe, siguiendo un procedimiento que reduce todas las posibles variables a concepto. Para Brouwn el plan que da orden a todo, es el paso, su propio paso.
Stanley Brouwn comenzó trabajar con la distancia y la dirección al inicio de la década de los sesenta con su serie this way brouwn donde preguntaba a los transeúntes cómo se iba de a hasta b, sus notas en el papel recogían las indicaciones y cuando éstas eran sólo verbales el papel quedaba en blanco. Luego imprimía this way brouwn —por aquí brouwn— en las hojas. En otra ocasión, mientras caminaba soltaba obras de papel, quedando estás esparcidas por el piso de la calzada. Luego, recogía la que tenían pisadas de paseantes que iban de a hasta b. A mediados de los setenta Brouwn recorrió Marruecos y Argelia, pasando por Bélgica, Francia y España anotando cuidadosamente cada día el número de pasos que daba. El resultado fue la obra del 18 de marzo al 18 de abril de 1971 yo conté cada día el total de mis pasos con un contador manual que supone un inventario de los pasos dados anotados en distintas tarjetas y así mostrados posteriormente en la sala de exposición. El proyecto fue el primero de toda una serie de obras en las que anotaba las distancias recorridas. Con esta acción, Brouwn inició el análisis del concepto distancia al redelimitar la magnitud de un metro en función del espectro que va desde 1km a 1mm. En obras más recientes reanota las medidas de un edificio ya existentes en función de sus propias unidades el pie-sb (foot stanley brouwn), el codo-sb y el paso-sb., contrapuestas al sistema métrico decimal.
En la obra expuesta de Brouwn la forma y el material están en función del concepto. Reducidas por tanto a su mínima expresión plástica, sus exposiciones están casi desprovistas de objetos, algunos libros de anotaciones, hojas, maquetas arquitectónicas, utensilios utilizados como unidades de medida... Ajeno al dibujo, a la escultura,... a cualquier disciplina artística definida, absorbido por la identidad de la medida, la obra de Brouwn resulta cuanto menos chocante, pues aunque relacionada, su plasmación prlástica en último término es diferente a los resultados obtenidos por el minimal, el conceptual o el land art —pensemos, por ejemplo, en los mapeados de Robert Smithson o Hans Haake. Comparar una cantidad con su respectiva unidad, unidad que como tal es arbitraria y subjetiva, pero imprescindible para comprender la totalidad. Totalidad, convertida en distancia, en espacio mesurado entre dos puntos, que medidos, contados quedan así ordenados. Ordenar, hacer cosmos, a fuerza de contar pasos. Ese es el objetivo de la propuesta de Brouwn, de una trayectoria artística imbricada con su propia vida desde un íntegro sentido de la obra de arte.
Stanley Brown. Obras 1960/2005
Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Sevilla
Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Sevilla
Hasta el 5 de marzo
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