12.9.06

Gestos guardados

Hasta el 5 de noviembre y gracias a la exposición El trazo oculto. Dibujo subyacente en pinturas de los siglos XV y XVI que exhibe el Museo del Prado, podemos descubrir gracias a la técnica de la reflectografía infrarroja algunos de los secretos escondidos tras la capa pictórica en las obras de Rafael, El Bosco, Sandro Botticelli, Robert Campin, Hans Memling, Jan Gossaert, Mabuse, Fernando Gallego, Pedro Berruguete o Alejo Fernández, entre otros.
¿Cómo era el dibujo previo a la pintura del El Bosco en su Mesa de los Pecados Capitales? ¿Qué se esconde bajo el rostro del Cristo bendiciendo de Fernando Gallego? ¿Seguía Durero siendo tan buen dibujante aun cuando el óleo ocultara sus trazos? ¿Dónde está la famosa cuadrícula con la que pintaba Rafael y buena parte de los pintores italinos del XVI? ¿Es La Sagrada Familia de la Perla verdaderamente de Rafael, u obra de taller? Figuras veladas, rectificaciones, retoques, indicaciones del maestro para facilitar el trabajo en la obra del taller, estarcidos para facilitar el cambio de escala… y, sobretodo, el dibujo, el trazo, el gesto originario del maestro sobre la tabla.
El estudio de estos dibujos, que han permanecido ocultos durante quinientos años, ayuda a determinar el tipo de material empleado en su realización, como el carboncillo, el lápiz, el pincel, la punta metálica, y las distintas maneras que tenían de plantear sus pinturas: trazo a mano alzada, métodos de trasposición de los bocetos, cambios de composición. Todo ello aporta una información inédita a la hora de conocer las fases del proceso creativo, que puede ser importante para aclarar el modo de trabajar de los artistas y los talleres, resolver problemas de iconografía e, incluso, de autoría de determinadas obras.
El proyecto que ha dado lugar a esta exposición se inició en el año 2002 por el Gabinete de Documentación Técnica del Prado y es fruto de la colaboración con el Laboratorio de Metrología Optica para el Diagnóstico de los Bienes Culturales, perteneciente al Instituto de Física Aplicada de Milán participando también la Galleria degli Uffizi de Florencia y la Academia Carrara, de Bergamo. Desde el año 2002 el Gabinete de Documentación Técnica del Museo del Prado ha llevado a cabo un nuevo proyecto de investigación que hace posible la visión de los dibujos subyacentes en las tablas de los siglos XV y XVI.

La reflectología infrarroja
El desarrollo de la técnica de la reflectología infrarroja por J. R. J. van Asperen de Boer en la década de los sesenta del pasado siglo ha sido el punto de partida para el estudio del dibujo subyacente en los cuadros. El equipo para realizar estos estudios consta de una cámara industrial de televisión que lleva adaptado un tubo vidicón sensible al infrarrojo y un monitor en el que se puede observar a tiempo real las imágenes captadas en blanco y negro. El objetivo de la cámara debe ir equipado con un filtro especial que elimina la radiación invisible para dejar en pantalla la imagen infrarroja invisible.
Los tipos de dibujo hechos sobre las tablas pueden observarse con los diferentes equipos de reflectología infrarroja conocidos, siempre que se encuentren ante capas de color permeables a este tipo de radiaciones y dibujos subyacentes impermeables a las mismas. Es necesario, por tanto, que la líneas o trazos del diseño estén hechos con materias que contengan el negro frente a otras tonalidades o colores permeables a los infrarrojos.
En los últimos años las nuevas tecnologías digitales están abriendo un amplio campo para el estudio, pues es más fácil penetrar en la capa pictórica y las imágenes que se obtienen son de una sorprendente resolución. Estos análisis son muy valiosos por la información, hasta ese momento encubierta, pudiendo así arrojar nueva luz sobre las obras, informando de aspectos que van desde la manera de proceder del artista a la hora de pintar, facilitar la atribución de las obras e incluso algo tan valiosos como tener dibujos de algunos maestros antiguos de los que no se conserva ninguno.

La muestra
La muestra, que se compone de diecisiete obras con sus correspondientes imágenes infrarrojas, se divide en dos secciones: una, en la que a través de las reflectologías se explican las técnicas de dibujo —los estarcidos, carboncillos, piedra negra, si se han utilizado cuadrículas y si han existido cambios entre el dibujo primigenio y la obra final, etc.— y una segunda parte, en la que los cuadros y las imágenes retroiluminadas se muestran juntas honrando la belleza de las unas y las otras pero incidiendo en la de estas escenas ocultas que, de no ser por una ocasión especial como la de esta exposición, están al alcance de muy pocas miradas.
Hay debajo de las capas de pintura, los primeros titubeos del maestro sobre el lienzo en blanco, los retoques, arrepentimientos o trucos que desnudan el oficio del pintor. De algunos de ellos, como Memling o Pedro Berruguete, no se conservan dibujos sobre papel, por lo que es ésta la única forma de conocer si pintaban utilizando bocetos o no, a mano alzada, si eran certeros en sus trazos, o si meramente eran suyos.
Es de resaltar por otro lado, la belleza propia las imágenes retroiluminadas que bebe de la limpieza en el dibujo de la mayoría de los maestros, la contundencia del trazo, la aparente sencillez en su resolución, la expresividad de la línea.

Gestos expresivos
Tras contemplar la exposición merece la pena saltar un poco en el tiempo y recordar lo dicho por otro gran pintor, y no menor dibujante —aun cuando la cita sea ya más que recurrente—… escribía Henri Matisse en su Sobre arte: “Dibujar es hacer un gesto expresivo, con la ventaja de la permanencia”. Un dibujo es una línea con memoria de su trazado. Un gesto congelado, definitivamente diseñado para permanecer y establecerse como una superación del tiempo en que se crea. El dibujo proviene, tomando a Matisse como guía, de un gesto, una peculiar estrategia de movilidad corporal, que deja huellas a su paso por un soporte.
A tenor de Matisse y de la exposición reseñada, el dibujo, el que conserva la memoria del gesto con su trazo —no lo olvidemos—, queda oculto por capas de pintura, de barnices, de arte y técnica si quieren… Hermosa metáfora, da para reflexionar.

El trazo oculto
Museo Nacional del Prado
Hasta el 5 de noviembre

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