30.6.08

Prada-Texas I

Hace más de un mes leí este post en el siguiente blog. Como comenté en su día en twitter, el tema en cuestión da para una tesis sobre estética y de las complejas. De ésas de muchas citas, mucha historiografía de última generación (revisionista como no podría ser de otro modo, es posible hacer otra?), mucha referencia a cine, literatura, pensamiento, arte en general, y un divagar difuso sin llegar a nada más, que ya supone mucho, que a poner en claro todo el aluvión de citas, vínculos y reminiscencias que tiene su autor en la cabeza después de habérselo leido todo, de habérselo escuchado todo, de estar a la última en manifestaciones artísticas y estéticas (esta discriminación es relevante y netamente postmoderna), y habérselo visto todo en cine, teatro y demás. (Y "demás" siempre es mucho pero nunca suficiente).

Pero teniendo en cuenta que esto no es una tesis sino un post en un blog intentaremos escribir unas líneas sobre esta tienda de Prada en medio del desierto, huyendo en todo momento como premisa formal de todo citismo o alusión a otro texto ya sea éste obra de arte plástica, literaria, escénica, cinematográfica, etc. Esta huida sólo podrá ser posible desde la evidencia del texto, e imposible desde un nivel de compresión siquiera apresurado. Las citas, las alusiones, las referencias están tan implícitas que con suerte pasarán desapercibidas. Estamos ya en ese punto de la historia en que la redundancia provoca tal nivel de ruido que la única labor a la que podemos aspirar es al nuevo vinculado (linkado) de conocimientos. No haciendo plausible la referencia es posible aminorar el ruido, o siendo más precisos ignorarlo, o más aún, más perfecto si cabe, hacer como que se ignora. En una red de conocimientos entendida como plano el vector que la define (matemática, álgebra, espacio vectorial) es normal (perpendicular) a éste. El conocimiento pues, sale disparado marcando un ángulo de noventa grados en un vector que se sostiene sobre cualquier punto. Un punto, es decir, una posición en el espacio que es adimensional por definición. Ese re(no)-lugar, sólo definido como intersección, cesura entre dos rectas, o entre una recta y un plano.

Así pues, por la mera selección de una metodología, de una posición sistemática, la tienda de Prada situada en medio del desierto, es una tienda-punto desde donde se arroja la flecha vector que define al desierto, al plano, a toda una red de no lugares. En el plano del deseo (desierto) el punto que marca el re(no)-lugar es una tienda, un escaparate donde son expuestos, colocados (co-locados) ordenadamente, objetos de deseo. La tienda no vende, sólo muestra a modo de gran escaparate. La compra es el fracaso último del deseo, el escaparate es su culminación. Este re(no)-lugar, no es un espacio de paso, es una posición marcada, definida y definitoria de un espacio. Un lugar al que se va o no se va, pero por el que no se pasa. Un no lugar tan cargado de significado que define y delimita a todo un espacio a todo un desierto. Un re(no)-lugar, por tanto, en el sentido de intensificación semántica del lugar, de una posición que no es tal.

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