7.11.05

Formas significantes

Escribía en 1979 Ferrater Mora en su Diccionario de Filosofía versando la voz formalismo: “La obra de arte es para los formalistas un lenguaje que posee su propia autonomía y que puede, por lo tanto, examinarse internamente. Al principio, los formalistas estéticos subrayaban los aspectos sintácticos de la obra artística, prescindiendo de la relación entre los signos y los objetos designados. Poco a poco, sin embargo, los formalistas se interesaron cada vez más por los aspectos semánticos. Se ha hecho notar que en su etapa sintáctica los formalistas estéticos estaban muy próximos a las teorías que distinguen radicalmente entre el lenguaje emotivo y el lenguaje cognoscitivo, lo cual parece estar en contradicción con su formalismo, por cuanto es difícil aceptar la obra de arte como lenguaje emotivo y a la vez destacar que lo único que importa en ella es el orden sintáctico. Pero justamente por reparar en tal contradicción los formalistas abandonaron la distinción citada, aun cuando en ningún momento dejaron de afirmar que el lenguaje artístico no es cognoscitivo. Ahora bien, al pasar de la dimensión sintáctica a la semántica, los formalistas estéticos descubrieron que lo característico del lenguaje artístico (y especialmente del poético) no es su ausencia de significados, sino la multiplicidad de ellos.”

El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo propone en su última muestra una profunda revisión de los presupuestos artísticos que tuvieron lugar entre 1957 y 1979 en España. Cuenta la exposición con obras de artistas tan significativos para el arte español del siglo XX como José Luis Alexanco, Elena Asins, Manuel Barbadillo, Gerardo Delgado, Equipo 57, Tomás García Asensio, Julián Gil, José Luis Gómez Perales, José María Iglesias, Lugán, Jorge Oteiza, Pablo Palazuelo, Julio Plaza, José Miguel Prada Poole, Manolo Quejido, Eusebio Sempere, Soledad Sevilla, y José María Iturralde. La importancia y transcendencia de los dieciocho artistas que componen esta colectiva reflejan, en cierto modo, la unanimidad en los criterios histórico-artísticos que han conformado el gusto dominante durante el último medio siglo en nuestro país.
De las obras seleccionadas para esta exposición ninguna ha sido realizada antes de 1957 —significativa fecha, pues en ella se constituyó el Equipo 57, grupo de artistas pioneros en el formalismo español formado por Ángel Duarte, José Duarte, Agustín Ibarrola, Juan Serrano y Juan Cuenca— ni más allá de 1980. Esta intervalo temporal supone, en su fin último, un intento por destacar las condiciones de producción, mediación y promoción del arte español de entonces que tuvieron su consumación al fin de ladécada de los setenta donde los emergentes movimientos culturales underground del momento terminaron por cerrar una etapa que con el tiempo, tras una necesaria revisión como la que esta exposición propone, resultó imprescindible. A fin de cuentas, todos los artistas citados, de manera diferenciada e incluso ideológicamente que en muchos aspectos resultaban incompatibles, han sabido responder con mayor o menor fortuna a las exigencias e incógnitas de su época.

Aún así, la tesis de la exposición que se presenta es lo que une a estos artistas, es decir, atendiendo a una época y a unas circunstancias concretas, que en el caso de España no dejan de ser cuanto menos complejas, supieron relacionar el arte, la ciencia y la tecnología dentro de un discurso claramente formalista. Es decir, entiendo su producción durante esos años como un reto teórico, una formulación experimental que excedía los presupuestos marcados por siglos de historia centrados en la semántica de la obra de arte ajenos, por tanto, a las meras y complejas cualidades formales de lo representado. Cerrando la exposición, se intenta presentar un análisis del fenómeno formalista en España desde la propia contemporaneidad, mostrando, gracias a las herramientas digitales actuales, el potencial plástico de aquellas insólitas propuestas artísticas si sus autores hubieran dispuesto de la tecnología de producción visual de nuestros días.
La convulsos y necesarios años ochenta en nuestro país frenaron, en cierto modo, los grandes proyectos formalistas de artistas como Barbadillo, Iturralde, o Lugan entre otros. Aunque su obra continuara, las condiciones, resultados y presupuestos ya no eran los mismos. Aún así, quedan las formas en sus obras, la materia del lenguaje artístico, que volviendo a Ferrater Mora, cuya característica no es su ausencia de significados, sino la multiplicidad de los mismos.

Modelos, estructuras, formas. 1957-1979
Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Sevilla
Hasta el 27 de noviembre

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