20.6.06

Santiago Sierra en el CAC de Málaga


El Centro de Arte Contemporáneo de Málaga presentó ayer la primera exposición individual en un museo español del artista Santiago Sierra (Madrid, 1966), considerado por la crítica especializada como el artista español con mayor proyección internacional y uno de los más influyentes dentro del panorama actual. Un total de 1354 fotografías en blanco y negro, siete videos, una grabación de audio, joyas y otros elementos que forman parte de sus acciones conforman una exposición de marcado carácter documental donde se muestra el complejo proceso creativo de sus cuatro últimas acciones: El pasillo de la Casa del Pueblo (Rumanía, Bucarest, 2005), 245 m2 (Stommeln, Alemania, 2006), Los Castigados (Frankfurt, Alemania, 2006) y Colección de joyas (Madrid, 2006). El proyecto producido en su totalidad por el CAC de Málaga ha sido conducido por Fernando Francés, director del centro, y comisariado por Elena Juncosa.
En marzo del presente año Santiago Sierra convirtió una antigua sinagoga de la ciudad de Pulheim en Stommeln, Alemania en una cámara de gas. Para ello utilizó una serie de mangueras que canalizaban las emisiones de gas de monóxido de carbono. Los visitantes de esta instalación debían de entrar provistos de cámara antigas y acompañados por personal de seguridad. La exposición se clausuró un mes antes de lo previsto debido a la polémica generada tras una tendenciosa interpretación de las motivaciones de esta obra. La intención de Sierra con este proyecto era, en palabras del propio artista “honrar la memoria de los judíos asesinados masivamente” en un trabajo realizado “contra la canalización de la memoria del Holocausto”. En la rueda de prensa previa a la inauguración de la muestra, el artista comentaba que tras la controversia provocada por la exposición y el posterior vilipendio de parte de los medios alemanes y de diversos grupos de presión, sentía la necesidad de “responder con premura a la provocación con una exposición que explicara con claridad el trabajo realizado”. Por ello quedan insistentemente aclaradas sus intenciones en los textos que glosan la documentación mostrada sobre las acciones realizadas.
Días después de la polémica de la sinagoga, Sierra desarrolló en la feria de arte de Frankfurt otra acción consistente en situar a un grupo de alemanes nacidos antes de 1939 mirando a una pared en distintos lugares de la feria en actitud sumisa y en silencio, haciendo evidente, de nuevo, el sentimiento de culpa de la sociedad actual alemana, que motiva incomprensiones de propuestas como la de la sinagoga.
Aparte del tema germano, se presenta también la acción titulada El Pasillo de la Casa del Pueblo. En la medianoche del 14 de octubre de 2005, la Casa del Pueblo de Bucarest, emblemático edificio del comunismo que albergaba el palacio del dictador Ceacescu y actual museo de arte contemporáneo fue el lugar elegido para reunir a 396 mujeres, situadas a lo largo de un pasillo cerrado construido ex profeso. “Dame dinero” era la constantemente frase repetida por las féminas cuando pasaba un visitante entre ellas a través de los 240 metros de largo del corredor.
Por último, se presentan los dos collares realizados con la colaboración de la diseñadora Chus Burés en el que puede leerse en letras de oro y diamantes “el tráfico de oro mata”, y “el tráfico de diamantes mata”.
Para Sierra “el arte no es siempre agradable. No siempre se puede asemejar a un parque de atracciones donde ir a pasarlo bien”. Las acciones e instalaciones del artista hacen presente un compromiso personal con lo social y lo político, una constante búsqueda de la polémica para hacer evidente las injusticias y las contradicciones de una sociedad occidental olvidadiza y acomodada.Santiago Sierra se licenció en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid. Ha vivido en Hamburgo y reside desde hace diez años en México, donde completó su formación en la Escuela de San Carlos de la Universidad Autónoma de México. Su obra ha sido expuesta en museos, centros de arte y galerías de todo el mundo desde el Museo Kiasma de Arte Contemporáneo de Helsinki hasta el MoMA de Nueva York, pasando por la Kuntswerke de Berlín o la Fundación Montenmedio en Vejer de la Frontera. Ha representado a España en la Bienal de Arte de Venecia con una obra que denunciaba la falsa moral europea con el problema de la emigración al impedir entrar en el pabellón español a quien no estuviera en posesión del DNI.

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